Él la tiene y está satisfecho haciendo lo que mejor sabe hacer: ser feliz. A veces me pregunto si no deberíamos seguir el ejemplo de este chico más a menudo y dejarnos de tontos "no puedo". Para él todo es una constante aventura que hay que vivir disfrutando al máximo. Crecer era su única preocupación e, incluso, eso pudo superarlo. Todos seríamos más felices siguiendo la política de vida de Peter: disfruta de lo que tienes y sueña con lo que vendrá.
¿Crees en las hadas? Yo sí.
Pensar es el peor enemigo.
Di lo que quieras pero yo sé que tengo razón ¿Suena demasiado cabezota? Pues no me importa. Así son las cosas. Unas veces eres la buena y otras la mala. Tú y tu alrededor estáis en constante cambio y hay que saber reinventarse para adaptarse lo mejor posible a las situaciones que un nuevo día puede presentarte.
Sin embargo, echando un leve vistazo hacia tu espalda contemplas los malos momentos que has dejado atrás pero que aún revolotean maliciosamente en el interior de tu cabeza y de tu corazón. Sé también que suena pesimista pero es cierto ¿o no? Todo lo malo que te ha pasado prevalece sobre las cosas buenas aunque estas últimas sean muy superiores. Es así la naturaleza humana, estamos hechos para comernos la cabeza con tonterías del pasado que no llevan a ningún lado. Nos olvidamos de lo bueno infinitamente más rápido que de lo malo. Y yo me pregunto ¿por qué? Quiero decir, ¿acaso el buen rato que te hace pasar un buen amigo o el recuerdo del primer beso o esa persona especial no es más importante que "eso" malo que te ha pasado? En mi opinión, así es pero entonces ¿por qué sigue deprimiéndonos tanto lo malo teniendo al lado tantas cosas buenas?
Llevo bastante tiempo dándole vueltas al tema. He repasado cada momento malo y cada momento feliz del año pasado y he llegado a la conclusión de que recuerdo más momentos malos que buenos; no obstante, no creo que el 2011 haya sido un mal año, al contrario.
La conclusión que saco de todo esto, aunque aún me quedan horas de repaso y asimilación, es que pensar es el peor enemigo. Digan lo que digan.
Sin embargo, echando un leve vistazo hacia tu espalda contemplas los malos momentos que has dejado atrás pero que aún revolotean maliciosamente en el interior de tu cabeza y de tu corazón. Sé también que suena pesimista pero es cierto ¿o no? Todo lo malo que te ha pasado prevalece sobre las cosas buenas aunque estas últimas sean muy superiores. Es así la naturaleza humana, estamos hechos para comernos la cabeza con tonterías del pasado que no llevan a ningún lado. Nos olvidamos de lo bueno infinitamente más rápido que de lo malo. Y yo me pregunto ¿por qué? Quiero decir, ¿acaso el buen rato que te hace pasar un buen amigo o el recuerdo del primer beso o esa persona especial no es más importante que "eso" malo que te ha pasado? En mi opinión, así es pero entonces ¿por qué sigue deprimiéndonos tanto lo malo teniendo al lado tantas cosas buenas?
Llevo bastante tiempo dándole vueltas al tema. He repasado cada momento malo y cada momento feliz del año pasado y he llegado a la conclusión de que recuerdo más momentos malos que buenos; no obstante, no creo que el 2011 haya sido un mal año, al contrario.
La conclusión que saco de todo esto, aunque aún me quedan horas de repaso y asimilación, es que pensar es el peor enemigo. Digan lo que digan.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)