Hakuna Matata.

Saboreé la victoria más grande, me hundí en el fracaso más absoluto y experimenté la ley de la gravedad en mis propios huesos. Porque todo lo que sube, baja.
La razón de esto tiene nombre: Karma. Una fuerza implacable que arrastra todo a su paso, cuyas leyes se resumen en una pequeña frase (todo lo que das lo recibes, ya sea bueno o malo) y cuyo respeto está en los demás. Es la justicia del destino ya que nada ocurre al azar, ninguna acción tiene en sí un fin insignificante, efímero. Cada pequeño acto del universo ocurre por un motivo que escapa a nuestro entendimiento y que sirve para crear algo mucho más grande, algo que está por encima de nosotros. Las coincidencias no existen.
¿Mi consejo? Pues como dirían Timón y Pumba: “Hakuna matata, vive y deja vivir”. Se feliz y deja que los demás lo sean porque la libertad de cada uno termina donde empieza la del otro.


3 comentarios:

  1. Como tú, yo también pienso que las cosas no suceden sin más. Podemos pensar que somos humanos imperfectos y sencillamente nos equivocamos, pero es bonito pensar que hay un karma que nos induce a hacerlo, quizá sea un modo de justificar nuestros errores. Yo concretamente no lo llamo Karma, pero por qué no "oportunidad"? :)

    Grande Irenee ;)

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  2. Muchas graciaaaaaaaas Alvarooooo! :D

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  3. que bbonitaa la entradaaa, enfin..el karmaa simerpe pienso que nunca ará su trabajo pero..tiene la direcciond et odo el mundo no? jajajaja
    i lo de vive i deja vivir, ia s elo podian aplica ralgiunas personas.... ¬¬

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