Yo decido.

¿Blanco o negro? ¿Trasparente u opaco? ¿Día o noche? 
Son las eternas preguntas que las personas te plantean a diario poniéndote siempre, para complicar así tu elección, entre la espada y la pared. Te hacen elegir uno u otro juzgándote a partir de entonces por tu desafortunada y poco meditada elección. Y te preguntarás ¿y si no quieres responder? Para ellos si no respondes te desvías o, directamente, eres de opinión contraria a la suya y consideran que no tienes el suficiente valor como para admitirlo.
Pues yo, damas y caballeros, he decidido desviarme del camino marcado. He decidido ser la que no contesta como ellos quieren que lo haga sino como yo quiero contestar. He decidido que elijo gris. He decidido que escojo la translucidez. He decidido que me gusta el atardecer. Y he decidido que seré como me dé la gana de ser.

1 comentario:

  1. ¡Esta entrada me encanta! Como me has dicho tu antes... en mi línea... pues esta también lo es. ¡Qué importante es ser uno mismo! Ánimo y no dejes de ser tú, ¡escritora! =)

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